Miniturismo de 9 a 20 hs: Escapadas por el día a Areco, para cumplir con la cuarentena

Llega el fin de semana y, ante las restricciones sanitarias y los primeros fríos del otoño, aprovechar para escaparse y hacer vida al aire libre resulta tentador. Sin embargo, cortar con las largas horas de home office, home schooling, la fase 1 en ciernes y los meses de encierro acumulados, requiere planificación.

Los destinos turísticos ya tienen entrenamiento en implementación de protocolos. Los pocos sitios que no son espacios abiertos y que aún reciben público, suelen hacerlo con reserva previa. Aún para las visitas guiadas hay que apuntarse antes y cumplir con el distanciamiento social, además del barbijo y las limitaciones horarias que ya son casi de rigor. Los fines de semana hay un acuerdo tácito de un mínimo de actividad permitida, que se acota mucho de lunes a jueves: los que antes eran días de franco, ahora son más bien, días de veda.

San Antonio de Areco: Cuna de la Tradición, desde que no hay turismo extranjero por la pandemia, las estancias se han volcado al público local. Siguen convocando el gaucho y el asado, pero criollos. Ya no “for export”.

Le dicen Cuna de la Tradición y en 1730 quedó asentado como una de las siete primeras “parroquias de campaña”. Por aquí pasó Charles Darwin y relató su asombro ante la áspera fiereza de los gauchos y el primer puente que cruzaba el río, hecho con madera de ñandubay. En una de sus estancias, Ricardo Güiraldes escribió Don Segundo Sombra, inspirado en el resero Segundo Ramírez que solía frecuentar el boliche De Bessonart, un bodegón de más de 200 años donde todavía se ven paisanos de boina y alpargatas apurando un vermucito.

Sus calles largas, moteadas de naranjos y santarritas que pintan de magenta los muros blanquísimos de las casas, invitan a la caminata lenta y distendida. Areco y sus vecinos Vagues y Villa Lía —a 18 km del centro— tienen en total once museos y espacios de arte. Ahora están cerrados, pero los más concurridos son el Museo Gauchesco Ricardo Güiraldes y Pulpería La Blanqueada –que exhibe mobiliario, platería y textiles más una colección de pinturas de Figari– y el Museo Las Lilas, con obras de Florencio Molina Campos. Está abriendo de jueves a sábado, de 16 a 20, con reserva previa. En Villa Lía, hay que visitar el Almacén de Caunedo. Y en lo de Draghi, la platería.

Cuando cae la tarde es hora de probar el Aperol Spritz con papas fritas de El Mitre o los chorizos ahumados de Las Ganas. Las mejores empanadas son las de Estilo Ketty, y los alfajores La Olla de Cobre.
Si la suerte acompaña, verá pasar al Mosco Pereira –abanderado de la Fiesta de la Tradición desde hace más de 10 años– con su rastra de plata y su facón cruzado a la espalda. Y puede que alguna noche lo escuche cantar un estilo surero acompañado por su guitarra.

Fuente: La Nación

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