Hípica: una máquina productiva bonaerense que corre el serio peligro de ser desmantelada

La actividad hípica vive días de preocupación ante la posibilidad del recorte en el Fondo de Reparación, que destina a este sector un 12% de las ganancias de las tragamonedas.

En el ámbito de la provincia de Buenos Aires, San Antonio de Areco y localidades vecinas, concentran un 75% de la producción equina nacional y constituyen una de las cunas del turf. A mediados del pasado mes de febrero, la gobernadora María Eugenia Vidal anunció un recorte de la ayuda a la actividad, a través del Fondo de Reparación, que proviene de las ganancias de las tragamonedas, de un 12 a un 9%.

En este punto, Vidal fue contundente y sostuvo que los bonaerenses tienen “otras prioridades”. En este sentido, la gobernadora manifestó su intención de enviar un proyecto de ley para que se elimine en su totalidad el fondo, un aporte que vino a compensar la inhibición a los hipódromos para instalar sus propios casinos, como ocurre en el de Palermo.

Consultado por INFOCIELO, el médico veterinario Sebastián Mangas explicó que esta situación “constituye un duro golpe para la hípica, que es una gran máquina de producción. Argentina es el cuarto productor mundial de caballos de carrera, con unas 8.000 pariciones anuales y genera 135.000 puestos de trabajo directos e indirectos”.

En este punto, el profesional destacó que solo un 2% de la ludopatía está asociado a las carreras de caballos, cuando el resto pertenece a otros juegos. “La hípica es generación de trabajo irremplazable por maquinaria o robótica, aleja a muchos chicos de la calle y de las drogas y tiene un fuerte arraigo en el interior bonaerense”, remarcó.

La actividad hípica genera un círculo que alcanza a varios sectores. Emplea de manera directa a veterinarios, ingenieros agrónomos y entrenadores; aumenta la producción y la comercialización de avena, alfalfa, camas de paja o viruta, y da trabajo a transportistas y herreros. “En paralelo, potencia a la industria de los laboratorios, además de impulsar los remates y ventas de caballos”, acotó el profesional.

El costado social de esta actividad no es punto menor. “No solo genera producción y trabajo, sino que también es cultura federal, todos los argentinos del interior viven directa o indirectamente con pasión al caballo de carrera”, señaló Mangas. Además, reconoció que el “el mundo entero reconoce a los caballos argentinos, si nos tocan la pasión, nos tocan la cultura social”.

En este delicado escenario, el veterinario explicó que si bien la apuesta es el componente cuestionado, es el último tramo de la cadena. Si el Fondo de Reparación desaparece, se reduce el premio, que es quien genera el efecto derrame sobre la actividad. “Los premios son la base y motor de la producción equina, y si son altos, más propietarios querrán adquirir caballos, y con esto aumenta la producción y el trabajo”, explicó.

El proyecto del oficialismo propone también eliminar recargos que paga el apostador sobre su jugada en las agencias, vender la señal de televisación al extranjero y permitir una compra mínima de carreras del exterior, entre otras cuestiones.

Los hipódromos son el escenario donde se muestra el resultado del esfuerzo de todos los que trabajan en la industria. “En el sector se calcula que por cada caballo que nace, trabajan de manera directa entre ocho y diez personas, aproximadamente”, estimó el veterinario.

Mangas trabaja en el día a día de esta actividad, y conoce muy bien este mundo. Desde su experiencia, señaló que “ojalá tanto el gobierno como los legisladores puedan abrir los ojos. Este proyecto asestaría un golpe mortal a una lucrativa actividad bonaerense, que genera dividendos económicos y es poseedora de un invaluable capital social”.

Fuente: Infocielo

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